México niega que haya ocurrido secuestro de migrantes centroamericanos
Alberto Nájar
BBC Mundo, México
Activistas mexicanos denunciaron que hasta 50 indocumentados centroamericanos que viajaban en un tren carguero fueron secuestrados por un grupo armado en Chauites, Oaxaca, al sureste del país. Las autoridades dicen que no hay evidencias para sustentar que ocurrió el plagio.
El Ministerio de Relaciones Exteriores de El Salvador solicitó al gobierno mexicano que investigue la denuncia y sancione a los responsables.
Mientras, el paradero de los inmigrantes aparentemente secuestrados se desconoce.
Entre ellos hay mujeres, niños y hombres jóvenes a quienes los presuntos captores se llevaron amarrados de las manos, le dijo a BBC Mundo el sacerdote Alejandro Solalinde, responsable en el sureste mexicano de la Pastoral de Movilidad Humana de la Iglesia Católica.
"De que hubo secuestro, hubo secuestro. Qué pena que el gobierno federal siga con la pretensión de cuidar la imagen", señaló.
Sin embargo, en un comunicado para responder a la cancillería salvadoreña el gubernamental Instituto Nacional de Migración (INM), aseguró que no existen evidencias de que el tren donde viajaban los migrantes fuera interceptado por grupo alguno.
Indocumentados
El plagio habría ocurrido el jueves pasado, después que el INM realizó una operación para detener indocumentados en los límites entre Oaxaca y Chiapas, al sureste del país.
La información oficial indica que 92 inmigrantes fueron detenidos por violar las leyes migratorias del país, los cuales se encuentran en proceso de deporta.
Después del operativo el tren continuó su viaje. El sacerdote Heyman Vázquez, director del albergue El Hogar de la Misericordia de Arriaga, Chiapas, señaló que los indocumentados que habían escapado del INM abordaron de nuevo el convoy.
Pero media hora después un grupo de hombres armados lo detuvo. Algunos testigos dicen que bloquearon la vía con troncos y piedras.
En ese momento habría comenzado el plagio.
"Los delincuentes asaltan el tren, llevaban machetes, armas, los golpean. Lo que sabemos por el testimonio de los migrantes es que se llevaron a todas las mujeres y niños", dijo en conversación con BBC Mundo.
No se conoce el número exacto de los supuestos plagiados. Las versiones señalan que podrían ser entre 30 y 50 las víctimas, provenientes de El Salvador, Honduras y Guatemala en su mayoría.
El tren se detuvo nuevamente en Ixtepec, Oaxaca, donde el sacerdote Solalinde dirige el albergue Hermanos en el Camino. Una veintena de sobrevivientes buscaron refugio allí.
Versión oficial
Personal diplomático de El Salvador entrevistó a algunos sobrevivientes y recabó información similar a la de los sacerdotes mexicanos.
A través de una declaración oficial, la cancillería salvadoreña pidió al gobierno mexicano una investigación para localizar a los inmigrantes y castigar a los responsables del ataque.
Pero el INM respondió que la versión del secuestro masivo no tiene sustento, porque el tren carguero no se detuvo antes de que realizara su operativo.
Al consultar con autoridades locales y federales, así como a la compañía ferroviaria, no se encontraron antecedentes que confirmen las versiones señaladas por la representación salvadoreña
Instituto Nacional de Migración
Alegan que tampoco hay evidencias de que hubiera existido un bloqueo, porque el servicio se ha realizado sin problemas.
"Al consultar con autoridades locales y federales, así como a la compañía ferroviaria, no se encontraron antecedentes que confirmen las versiones señaladas por la representación salvadoreña", estableció un comunicado del Instituto.
Hasta el momento, añadió, "tampoco existen denuncias ante autoridades mexicanas presentadas por parte de migrantes extranjeros".
Los Zetas amenazan
Más allá de la controversia, el sacerdote Solalinde aseguró haber recibido amenazas para obligarlo a entregar a quienes escaparon del ataque al tren.
La presión vendría de miembros de la pandilla Mara Salvatrucha o MS13 y del cartel de narcotráfico conocido como Los Zetas.
Los testigos abandonaron el albergue protegidos por autoridades federales, pero eso no reduce el peligro.
"Cuando vean que su mercancía se la llevaron y no la entregaron como pedían, se van a sentir burlados y pueden hacer algo", comentó.
No es la primera vez que Solalinde es amenazado. En abril pasado el sacerdote y cuatro de sus colaboradores recibieron medidas cautelares de seguridad por parte de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, para proteger su vida.
Las medidas no se han cumplido del todo, afirmó el sacerdote.
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